Continúo con la crónica de las exposiciones visitadas.
(Re)presentaciones. Fotografía latinoamericana contemporánea.
Ya es costumbre que PhotoEspaña incluya una muestra de fotografía latinoamericana actual dentro del festival. Esta exposición solía albergarse en el Instituto Cervantes, pero este año cambia su ubicación por la Tabacalera, en la calle Embajadores, un lugar más que apropiado para la muestra.
Si bien otros años este apartado me ha dejado bastante frío, en esta ocasión he quedado muy satisfecho con lo que he visto pues hay trabajos muy interesantes y de gran calidad.
Considero oportuno comentar cada uno de los autores por separado.
Fabián Hernández. Los olvidados
Este autor muestra una serie de retratos de antíguos miembros del ejército de Costa Rica. Este país, después de sufrir una guerra civil en el año 1948, decidió abolir el ejército y ser una nación desarmada. Fabián Hernandez retrata ahora a antíguos miembros del ejército y combatientes en aquella guerra vestidos con su uniforme de entonces pero mostrando en sus rostros el paso del tiempo, lo que produce una sensación anacrónica interesante.
La intención del autor es la denuncia aunque en estas imágenes yo no veo denuncia, sólo recuperación de una dignidad perdida a través de retratos muy bellos cuyo atractivo formal va más allá del tema que retratan.

Luis Arturo Aguirre. Desvestidas.
En México, a los travestis se les llama “Vestidas”, lo que hace el autor es desvestirlos, mostrarlos con su maquillaje, con sus pelucas y adornos pero sin su ropa, con lo cual su cuerpo de hombres queda a la vista.
El resultado es un conjunto de bellísimas fotografías donde los retratados muestran la dignidad de su condición captada por el fotógrafo de una forma magistral. Estos retratos, a gran formato y con colores muy vivos, son algunas de las mejores imágenes de toda la muestra según mi opinión y pienso seguir de cerca la obra de este autor.

Roberto Tondopó. La casita de Turrón.
El tema de la infancia, perdida o recobrada, es una constante dentro de la fotografía actual. En este caso el fotógrafo recrea la suya propia a través de sus sobrinos fotografiándolos en la casa donde el creció y haciendo lo que él mismo pudo hacer, lo que todos los niños hacen; disfrazarse, esconderse, jugar, holgazanear.
El resultado son unas fotografías coloristas y abigarradas con un caracter evocador que las hace atractivas a primera vista y un tanto turbadoras ante una segunda mirada, pero siempre interesantes.

Irama Gómez. Los matrimonios viejos no se dan los buenos dias.
Es esta una serie de fotografías que, usando un precioso blanco y negro, habla de como la rutina se impone en los matrimonios viejos, en aquellas personas que conviven desde hace tanto tiempo que la presencia del otro es un elemento más de la rutina, una forma más de la costumbre.
La fotógrafa venezolana ha realizado un trabajo bello tanto en el concepto como en la técnica, las suyas son fotografías que buscan mostrar la tristeza desde la hermosura, y lo consiguen.

Colectivo galería Experiencia. Espejo.
Estas fotografías son el resultado de un juego de reciclaje artístico. El colectivo de fotógrafos seleccionó una serie de fotografías ya realizadas con otros fines y propuso al periodista brasileño Bruno Torturra escribir una historia de ficción a partir de las imágenes. Y eso es todo, no hay nada más que resaltar en estas imágenes, nada más que un juego que no aporta nada nuevo ni destacable.

Nicolas Janowski. La serpiente líquida.
La Amazonía, con todo lo que tiene de caótico, de mágico, de irreal y de salvaje ha sido captada pro Janowski en una serie de fotografías en blanco y negro, potentes, seductoras y descarnadas. Estas son fotografías en las que el cuidado por la técnica que suele acompañar a las fotografías del Amazonas ha sido dejado de lado, de hecho son muchas las fotos movidas o subexpuestas, pues lo que importa es captar lo que la selva del Amazonas sugiere al fotógrafo, y lo consigue de una forma tan acertada que convierte el visionado de estas fotografías en un punto destacado de la agenda.
Es una lástima que estas fotografías no se puedan ver como las demás, colgadas de una pared, sino que la organización haya optado por mostrarlas en forma de proyección que, según las dio a entender la comisaria de la exposición, Ana Berruguete, durante la rueda de prensa, pretende usar un sistema diferente de ver las imágenes, más dinámico, para no cansar al espectador, pero que a mi me suena a ahorro de gastos en material expositivo.

Leslie Searles. La tercera frontera.
En estas fotografías, tan cercanas al documentalismo o al fotoperiodismo, la fotógrafa habla de los inmigrantes haitianos que, durante cuatro meses, estuvieron retenidos en Iñapari (Perú) a raiz de que el gobierno brasileño recrudeciera las leyes de inmigración por estar este municipio tan cercano a la frontera brasileña.
Las imágenes son potentes y muy interesantes, lamentablemente no tengo una imagen clara de ellas pues el método expositivo es el mismo que el elegido para las fotografías de Janowski, y al espectador le cuesta apreciar las fotografías a causa de un muy molesto sistema de transiciones en el que unas imágnenes se superponen a las otras produciendo nuevas visiones, desconcertantes y confusas y las fotografías sólo se muestran tal y como son por unos segundos. De nuevo un tirón de orejas para la organización de esta muestra que de no ser por estos dos puntos negros sería encomiable.

Eduardo Jiménez. Espacios de Control.
Es común, en determinadas empresas asentadas en el norte de México, cerca de los Estados Unidos, habilitar comedores para los trabajadores.
Estos espacios, en lugar de responder a una función social o de relax para los empleados, son auténticos espacios de control. Vigilados por cámaras a todas horas, los trabajadores reciben allí mensajes contínuos con el fin de adoctrinarlos siguiendo las pautas del capitalismo norteamericano, y eso es lo que el autor intenta reflejar.
Para ello se vale de fotografías de los comedores desiertos, privados de la presencia humana, lo cual los hace más inhumanos. Son fotografías frías, racionales, casi parecen sacadas de catálogos de arquitectura, el tratamiento perfecto para tratar la deshumanización y la alienación.

Illana Lichtenstein. Una y otra Erupción
La obra de esta autora brasileña tiene un caracter onírico y surreal. Son imágenes que, según asegura ella, buscan conseguir por parte del espectador un acercamiento a sus propios “paisajes interiores”.
No se si conseguirá su objetivo. Lo que yo encontré en estas imágenes no fue mi paisaje interior, sino una serie de fotografías con un componente extraño que las hace interesantes, sobre todo desde el punto de vista conceptual más que desde el puramente estético y poco más, aunque puede que eso sea suficiente.

Juan Carlos López Morales. 4 13.
Es esta una serie de fotografías oscuras, extrañas pero no por eso no interesantes. El pretexto seguido por el autor para reunirlas es que el número 4 13 le vigila y le persigue, aunque personalmente no lo encuentro en sus imágenes. Veo más bien una forma de fotografiar que huye de temáticas o de esquemas plásticos, que fotografía lo que le interesa en cada momento aunque eso sea algo que puede parecer carente de todo interés. Una colección de imágenes que seducen por lo que muestran y por lo que ocultan.

Aglae Cortés. Tratado visual sobre el vacío.
Siguiendo el órden de visionado de las fotografías según está organizada la visita, me encuentro en primer lugar con fotografías que muestran arquitecturas vacías, que retratan la ausencia del hombre mediante la captación de sus geometrías y volúmenes sin la referencia de las proporciones humanas. Son fotografías adscritas a una tendencia muy en voga pero no por eso menos interesantes, al contrario, resultan muy atractivas, desde la primera fotografía de un montoncito de pelusa y polvo hasta las que retratan edificios completos. Entonces aparecen dos fotografías en las que aparecen personas, pero de una forma irreal, surrealista, mostrando vestimentas en las que asoman unos pies, una mano, que por lógica, por la forma de tales prendas, no debería asomar allí. No niego el interés de estas dos últimas imágenes, pero desde mi punto de vista personal destruyen las sensaciones transmitidas con las otras fotografías y restan valor al conjunto.

Mariela Sancari. El caballo de dos cabezas.
Los tres últimos autores (según el orden de visita) han elegido la muerte como tema de sus fotografías. Es un concepto muy presente en la cultura hispanoamericana y no es de extrañar que se hayan enfrentado a él y que haya sido de forma tan diferente.
De los tres autores, ha sido Sancari la que menos me ha interesado. Ella intenta hablar de su padre muerto mediante la interacción con su hermana gemela, con la que en estas imágenes se une de forma espiritual y física. Puede que como ejercicio de introspección personal este trabajo tenga un gran valor, pero a nivel fotográfico me interesa poco.

Humberto Rios Rodriguez. Tránsito.
De nuevo se trata la muerte y de nuevo de una forma no directa. En este caso Rios Rodriguez muestra fotografías de tanatorios mexicanos, desde los más pequeños y modestos hasta los más grandes. Las fotografías fueron tomadas cuando los locales estaban vacíos para destacar aún más la soledad y la tristeza inherentes a ellos, y lo consigue. Son imágenes bellas, misteriosas, oscuras y tristes que hablan sobre la muerte y sobre como nos comportamos los humanos ante ella pero sin mostrarla, haciendo gala de una sutileza y una elegancia muy destacable.

Xtabay Zhanik Alderete. Paisajes para el fin de la existencia.
De nuevo es el fallecimiento de un familiar el que da lugar a las fotografías, en este caso la abuela de la fotógrafa. Zhanik Alderete quedó muy afectada por la desaparición de una persona que había sido muy importante en su vida, y decidió intervenir en paisajes cotidianos creando lo que ella llama “monumentos” a la memoria de la difunta. De este modo se crearon unas fotografías en las que la cotidianeidad de los escenarios se ve rota por los elementos introducidos por ella resultando de todo ello un conjunto de fotografías misteriosas y bellas.

Y esto es todo en cuanto a (Re)presentaciones, continuaré pronto hablando de las otras exposiciones de PhotoEspaña 2013