Comencé a escribir sobre fotógrafos orientales con intención de elaborar un par de entradas, pero la gran demanda que esta serie ha tenido y lo mucho que estoy aprendiendo al documentarme me lleva a continuar escribiendo estos textos.
Vamos a por el tercero.
Hisaji Hara
Balthasar Kłossowski de Rola (1908-2001), más conocido como Balthus, realizó en los años treinta una serie de cuadros en los que mostraba a jóvenes mujeres en posturas cargadas de erotismo. Estos lienzos, en especial el titulado “La maestra de guitarra” que mostraba sexo entre mujeres, escandalizaron a la sociedad de su época y encontraron un hueco en la historia del arte. Eran cuadros tan bellos como turbadores, intencionadamente provocadores que dieron pie a otros artistas para dar el paso que el arte necesitaba.
Hisaji Hara nació en Tokio en 1964, cincuenta y seis años después de Balthus, cuando el arte había superado prejuicios y andaba algo más libre de tapujos, sin embargo optó por basar usa obra en interpretar la obra de Balthus en forma de fotografías.
Las fotografías de Hara reproducen de una forma casi literal los cuadros de Balthus pero en este caso sus protagonistas son escolares japonesas que visten el típico uniforme de marinera.
Si bien las fotografías de Hara reproducen los cuadros, las posturas y actitudes de sus protagonistas son las mismas, hay en estas una candidez que, lejos de inocente, otorga un carácter más perverso a las imágenes. Las mujeres de Balthus, aunque púberes, tienen el rostro de adultas desinhibidas. Las modelos de Hisaji Hara son preadolescentes que tanto nos parecen protagonistas inocentes de antiguos daguerrotipos como modernas dominatrix.
De nuevo en un fotógrafo japonés el morbo erótico es el protagonista y siempre presentado justo en el límite entre lo políticamente correcto y algo más oscuro.
© Hisaji Hara y Balthus
Daisuke Yokota
Encuentro en este fotógrafo la esencia de lo que me fascina de los fotógrafos asiáticos; la extrañeza, el paso incierto entre lo establecido y lo novedoso, la mirada subjetiva y personal que va un paso más allá.
Sus fotografías, siempre en blanco y negro, reciben un tratamiento que las ensucia, las simplifica y embrutece dándoles un aspecto cercano a fotocopias (De hecho la fotocopiadora es uno de los instrumentos de los que se sirve), pero no por ello son menos bellas, al contrario, su carácter misterioso, como encantado, las hace atractivas y seductoras.
De sus series, me interesa especialmente su serie “nocturnas”, en ellas encuentro ese punto de rareza, la visión particular de la realidad que los artistas orientales tienen.
Son estas fotografías de paisajes anodinos tomadas con cámaras ditigales y sometidas a un proceso complejo y peculiar; Después de la toma la imprime y fotografía esa copia con película de color en formato 6×7. El revelado posterior altera los tiempos de exposición comunes y usa agua caliente. Este proceso se repite muchas veces, alrededor de diez.
Su intención es transmitir en imágenes los efectos sonoros de la música electrónica, el eco o la reverberación.
No sé si conseguirá transmitir sensaciones tan complejas, pero sin lugar a duda sus imágenes son potentes y evocadoras.
© Daisuke Yokota
© Daisuke Yokota
© Daisuke Yokota
Sachiko Kawanabe
La fotografía de Kawanabe responde al arquetipo de mujer japonesa casi aislada del mundo para recluirse en el suyo propio.
Las suyas son fotografías sencillas pero potentes, intimistas, un catálogo de instantes de la vida rural japonesa que parece más sacado de una película de Miyazaki que del mundo real.
Hay algo oculto en sus imágenes que va más allá de la mera fotografía, es lo que narra por encima de la imagen en sí. En sus fotos, tomadas sobre todo en los alrededores de su casa paterna, habla de la relación con su madre y de como nadie puede estar solo en el mundo pues todos tenemos un vínculo que nos ata a otros, aunque sea el mero hecho de tener padres o serlo.
Es cierto que sus fotografías entroncan dentro de la tendencia algo hipster de fotografiar lo que cotidiano y que parecen influenciadas por las modas de instagram y similares. Pero basta con darse una vuelta por su página web para encontrar algo más, algo sutil, casi escondido, que las hace diferentes.
© Sachiko Wakanabe
© Sachiko Wakanabe
© Sachiko Wakanabe
Weng Peijun (Weng fen)
El hombre destruye y el hombre construye, aunque en ocasiones lo construído por el hombre parece llevar a la destrucción. Sobre esta paradoja se diría que se crea la obra de Weng Peijun, conocido como Weng Fen.
El fotógrafo nacido en Hainan (China) en el año 1961, centra su obra fotográfica en el retrato de gigantescas construcciones tan características del crecimiento urbanístico que el capitalismo a producido en China. Pero al contrario de como lo pudieran hacer autores tales como Jason Hawkes, Peter Stewart o Edward Burtynsky, limitándose a los retratos asepticos de las nuevas construcciones, Weng fen antepone siempre a los edificios la figura humana.
Personas en primer plano, siempre, en todas sus fotos, generalmente mujeres jóvenes, representaciones de la inocencia frente a la megaconstrucción. El hombre contemplando su obra, como un moderno Frankestein orgulloso por haber creado, temeroso por las consecuencias de su creación.
Sus figuras aparecen en primer plano, junto a algún tipo de muro que las separa de la megalópolis. Muros generalmente de colores abigarrados que contrastan con la uniformidad cromática de los edificios.
Unas fotografías que inducen a la reflexión, por su belleza, por su tratamiento formal y por el mensaje que transmiten.
© Weng Fen
© Weng Fen
Masao Yamamoto
Yamamoto, nacido en 1957 en Gamagori (Prefectura de Japón de Aichi) trabaja creando pequeñas fotografías que pretenden ser únicas no sólo por lo que muestran, sino por su condición de objetos.
La formación de Masao Yamamoto es como pintor al oleo y la forma de trabajar de un pintor es la misma que sigue a la hora de realizar sus fotografías. Intenta crear imágenes que evocan recuerdos, que sugieren más que mostrar de forma explícita, pinceladas de haluros de plata.
La influencia de su formación como pintor no se queda ahí, además, trabaja con las texturas, realiza virados con materiales como el té, pinta sus fotografías o las rasga.
Con este procedimiento, sus imágenes de paisajes, desnudos o bodegones acaban por ser obras de arte independientes, y todas de un gran valor artístico.
La forma en la que se enfrenta a la composición y elección de motivos, así como el uso de la luz y del blanco y negro o el pequeño tamaño de sus copias finales, entroncan de forma directa con el arte tradicional japonés. Cualquiera puede distinguir en sus fotografías una mirada asiatica, antes incluso de conocer la procedencia del autor.
© Masao Yamamoto
© Masao Yamamoto
Y con esto termino esta entrada sobre fotógrafos orientales mientras preparo la siguiente.
Enlaces de interés:
Hisaji hara
Daisuke Yokota
Sachiko Wakanabe
Weng Fen
Masao Yamamoto