
Como cada año, PhotoEspaña comienza una nueva edición que llenará Madrid de fotografía por una temporada en la que las ofertas expositivas serán tan amplias que salir a pasear por la capital será, sin lugar a dudas, un lujo. Esta edición, continuando con la tendencia iniciada el pasado año, tendrá una temática geográfica, siendo Hispanoamérica el ámbito del que provengan muchas exposiciones. No tantas como esperaba, es cierto, pues una vez examinado el programa me sorprende que, incluso en la sección oficial, muchas de las exposiciones no provengan del continente. De todos modos, la cantidad y seguramente la calidad es tan grande que la experiencia merecerá la pena. Confieso mi ignorancia sobre la fotografía que se hace en Hispanoamérica, aunque supongo que mi caso no es único, así que bienvenida sea esta iniciativa si sirve para abrir los ojos hacia las miradas de los artistas latinos. Como suelo hacer cada año, me meto en el berenjenal de realizar una crónica siempre subjetiva de aquellas exposiciones que tenga ocasión de visitar, espero que su número sea alto. Comienzo la crónica hablando de una muestra que me ha gustado de forma especial dentro de lo que he tenido ocasión de ver.
Círculo de Bellas Artes
Kinderwunsch
Este es un término que en alemán habla sobre el deseo de la maternidad, el anhelo de ser madre. La infertilidad, la frustración y la alegría del parto, todo cabe en esta palabra. Ana Casas Broda, fotógrafa nacida en Granada en 1965 pero trasladada con su madre a México en 1974, ha realizado un magnífico trabajo fotográfico de caracter autobiográfico. Subrayo que me parece magnífico, tanto a nivel conceptual como plástico. Casas Broda trabajó durante siete años realizando fotografías que hablan de su memoria, de su familia, pero sobre todo de su maternidad. Todo lo que supuso para ella ser madre a los 38 años ha quedado reflejado en potentísimas imágenes que alternan el documento real con recreaciones de ficción que nos muestran más los sentimientos y sensaciones por los que ella pasó a la largo de ese tiempo que los hechos en si. Hay imágenes duras, otras cargadas de felicidad, las hay puramente documentales y recreaciones de ficción, y todas encajan como una perfecta unidad. La exposición, como dije, es excelente por la calidad de las fotografías, por el inteligente uso del color y de los formatos de las imágenes que se hayan distribuidas por la sala en base a un diseño expositivo que alterna formatos y esquemas opuestos entre sí para guiar al visitante a lo largo de la maternidad de Ana Casas Broda. Recomiendo comenzar a ver PhotoEspaña por esta exposición, por hacerlo con buen pie y a lo grande. No defraudará.

Lola Álvarez Bravo
Lola Álvarez Bravo (México, 1903-1993) fue una fotógrafa mexicana que destacó por la abundancia de su obra, por la cantidad de fotografías que tomó y de temas que trató. Esposa de Manuel Álvarez Bravo, fue coetanea de nombres como Tina Modotti, Diego Rivera o Frida Kalho y con ellos compartió experiencias que quedaron reflejadas en sus fotografías. Siempre se consideró deudora de autores como Edward Weston o Cartier-Bresson, y eso se puede comprobar en el caracter documental pero expontáneo de gran parte de su obra. Su trabajo fue prolífico, constante a lo largo de su vida. Hizo fotografía comercial, documentó eventos, creó un taller de fotografía y fundó la Galería de Arte Contemporáneo. Esta es una exposición de caracter testimonial que reune un buen número de sus fotografías. La suya es, a juzgar por lo visto en la sala, una obra fruto de su tiempo, del despertar de la cultura y de una curiosidad por desviar la mirada hacia aquello que hasta entonces quedaba alejado del arte. Diego Rivera pintaba campesinos y Lola Álvarez Bravo fotografiaba la calle y a los intelectuales mexicanos. Las fotos expuestas acusan la influencia de los maestros que ella seguía, más de Cartier-Bresson que de Weston, son fruto de una época, de un descubrimiento de la fotografía como un arte que a la vez puede ser revolución. A pesar del innegable interés de sus fotografías, no pude desprenderme de la sensación de déja vù. Me gustaron especialmente sus collages.

En la mirada del otro. Fotografía histórica de Ecuador: la irrupción en la Amazonía
Esta es una exposición pequeña, un sencillo testimonio sobre la penetración occidental en los territorios amazónicos a través de las primeras fotografías que se tomaron en el Amazonas. La llegada de la supuesta civilización, que se presentó en la selva de la mano de misioneros y otros religiosos acompañando a los que buscaban la explotación del caucho, irrumpió en las vidas de los indígenas y de todo ello quedó constancia en estas fotografías que nos muestran, no tanto la vida cotidiana de los habitantes de la selva, como la relación con esos inventos de tres patas que capturaban las imágenes. Como ya dije, es una exposición pequeña, que se ve en un momento pero que deja un cierto regusto agradable.
Casa de América
Latinoamérica es un pueblo al sur de los Estados Unidos
Esta es una exposición muy interesante en su planteamiento pero algo fallida en su resolución. El origen de esta muestra está en Trasatlántica, el foro de fotografía y artes visuales que PHotoEspaña y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo – AECID llevan a cabo en América Latina desde 2008. Su loable objetivo es el de hacer un repaso al estado y el ánimo de la fotografía latinoamericana contemporánea, y para ello se sirve de ocho canciones compuestas por autores latinos. Pertenecientes a muy diferentes géneros musicales pero que, de una u otra forma, hablan sobre el estado y la situación de Latinoamérica. El resultado es una colección muy numerosa de fotografías que en su mayoría tienen un gran interés, y en muchos casos una gran calidad fotográfica. El problema, desde mi punto de vista, es que al intentar reunir tal cantidad de obras en un espacio no muy extenso, a la fuerza hay que sacrificar algo. Las fotografías se muestran clavadas en la pared, organizadas según la canción con la que más relación tengan que ver, en formatos que muchas veces son muy pequeños y con una calidad de impresión que deja bastante que desear. Al mezclar obras y autores, perdemos información sobre las obras, no sabemos a qué series o trabajos pertenecen, sólo vemos imágenes sin mayor información que el título y el autor. Dentro de esta exposición hay imágenes que han pasado antes por PhotoEspaña pero con un formato más digno y con una mayor información. Las fotos de La Casita de Turrón, de Roberto Tondopó. Las Desvestidas de Luis Arturo Aguirre o, por ejemplo, las Guaritas de Stefan Schmeling, pierden aquí gran parte de su potencia al carecer el espectador de la información necesaria. Aún así, es una muestra interesante, llena de buenas fotografías, y sólo por eso merece una visita detenida.
Continuará.