Hay mucho que ver en esta edición de PhotoEspaña. Continúo mis reseñas.
CentroCentro
Develar y detonar. Fotografía en México, ca. 2015
Bajo este título tan sonoro se presenta esta muestra que engloba el trabajo de un muy numeroso de fotógrafos mexicanos y se convierte de este modo en una excelente representación de la fotografía que se realiza ahora en aquél País. Organizada por Fundación Televisa, Conaculta, Centro de la Imagen, CentroCentro Cibeles y Photo España, Develar y detonar reune a 53 artistas que tienen en común, además de su nacionalidad y contemporaneidad, un enfoque casi común de la realidad social con sus imágenes, hablando sobre la situación de los mexicanos en aspectos culturales, económicos, sociales, etc, sin hacer foto periodismo. No es una exposición de fotoperiodismo, no hay imágenes extraídas de periódicos o revistas, pero igualmente es una crónica de la cotidianeidad de un país, un retrato descarnado de México a través de los muy diferentes enfoques a los que los fotógrafos han sometido al día a día Mexicano. El conjunto de la muestra me ha resultado de gran interés y creo que es una de las mejores ofertas de esta edición de PhotoEspaña. Como es lógico, el trabajo de algunos autores me ha interesado más, así que reseñaré aquellos que más atrajeron mi atención. Como suele suceder, hay autores cuya obra aparece y desaparece de las exposiciones colectivas y es normal encontrarlos de forma repetida. Me ha alegrado volver a ver la Casita de Turrón de Roberto Tondopó o las Desvestidas de Luis Arturo Aguirre, que no sólo están también ahora en Casa América, sino que tuvieron su momento en pasadas ediciones de PhotoEspaña. Lo mismo ocurre con Tus pasos se perdieron con el paisaje, de Fernando Brito. Me ha gustado la foto de la serie Límites, de Miguel Ángel Ortega por lo mucho que esa luz es capaz de transmitir. La forma en la que Alejandro Cossio habla sobre la violencia, tan en primera persona, es seductora. Muy interesante el trabajo sobre la religión de Carlos León y hermosas las fotos de Dolores Medel en su serie El Fondo de la Sombra por su sensualidad y misterio.


Me gustó mucho la vuelta a sus orígenes que realiza Baldomero Robles y todavía intento entender las imágenes de Fernando Montiel Klint, aún así me resultan interesantes. Las texturas de Alex Dorfman tienen una gran belleza plástica y el trabajo de Nelson Morales sobre la homosexualidad en la cultura Zapoteca es realmente digno de mención. De hecho son varios los autores que han hablado sobre la homosexualidad en un país donde la homofobia tiene un gran peso. Romeo Dolorosa es otro de esos autores, pero trabajando sobre si mismo y su propia imagen. Las imágenes de Koral Carballo inciden en la violencia mexicana de forma a la vez impactante y bella.

Estos son sólo algunos de los autores en cuya obra mi mirada se detuvo de forma especial. Cada visitante de la muestra realizará su propio recorrido visual y tendrá sus favoritos particulares.
Latin Fire
Por cierto, en Develar y Detonar, la otra exposición de fotografía que se exhibe en el mismo edificio, se pueden hacer cuantas fotos le apetezca a uno. Cosas veredes.
Jardín Botánico
Mario Cravo Neto. Mitos y ritos
Julio Zadik. Un legado de Luz
Hubo un tiempo en que los fotógrafos no necesitaban trabajar sobre series con una fuerte carga conceptual para realizar un buen trabajo fotográfico. Aquellos fotógrafos salían a la calle, al mundo, y fotografiaban lo que veían, la vida con sus miserias y sus grandezas. A esta categoría que algunos comisarios quieren catalogar como en vías de extinción pertenece Julio Zadik. Fotógrafo guatemalteco, Zadik perteneció a una generación que marcó en los años cincuenta el ritmo de las artes en su país. Fue uno de esos fotógrafos vocacionales y convulsivos que retrataban el mundo por instinto, no para vivir de la venta de sus imágenes ni para ganar premios, aunque de todo hubo para él. Hay en sus imágenes un gusto por la composición, por el instante decisivo, por mirar el mundo con la mirada de una cámara indiscreta, curiosa y respetuosa. Como tantos otros maestros, fotografiaba lo cotidiano, lo que pasaba desapercibido a otros ojos y su mirada lo magnificaba, lo dignificaba y lo convertía en imágenes bellas, sencillas pero potentes. De las dos exposiciones presentadas en el Jardín Botánico, para mi esta es la más interesante.
Galería Loewe
Tina Modotti
Tina Modotti (Italia, 1896 – México, 1942), después de emigrar a California, acabó viviendo en México en el año 1923 junto al que fuera su mentor, Edward Weston. Allí realizó una obra fotográfica influída por la realidad cultural y social de aquél país. Documentó la realización de los murales de Diego Rivera, Orozco o Siqueiros por encargo del gobierno. Igualmente, siempre influenciada por Weston, fotografió la vida en las zonas indígenas. Sus fotos, de pequeño formato, se exponen en esta galería de la Calle Serrano que siempre sorprende con la delicadeza con la que muestra sus obras. Merece la pena dedicar un ratito a pasear por el México de los años veinte de la mano de Modotti, una fotógrafa clave por el testimonio que suponen más que por su valor artístico.